jueves, 3 de septiembre de 2015

Las “chichises” vienen de lejos

Cerrando con la serie de notas sobre la vida de la etnia comechingona, que leímos en la web de Ser Comechingón, en esta entrega nos referiremos a las actividades artísticas y al idioma de nuestros queridos indios cordobeses.
• Pictografías
Los comechingones tuvieron una importante cantidad de representaciones rupestres y —por su número y calidad— alcanzaron la mayor concentración de arte primitivo metafísico en toda América, según dice Terrera, uno de los principales investigadores de la etnia.
Predominaban las pinturas sobre rocas, manifestaciones de carácter artístico, ideográfico (o no), parietales y petroglifos. Estas pictografías fueron en general de color blanco, rojo y negro. Estas reliquias se encuentran en su mayoría, en el centro-norte de la provincia de Córdoba: Cerro Colorado, Candonga y Ongamira. El yacimiento de Inti Huasi, ubicado en el noroeste de la provincia de San Luis, también se destaca por sus valiosas pictografías. Otro de los yacimientos importantes es el de Alpa Corral, alpa en lengua "Comechingón" significa piedra, es decir: Corral de Piedras. En este territorio se puede observar las divisiones territoriales que los Comechingones realizaron con piedras, denominadas actualmente Pircas.  
Los Comechingones adoraban al sol como fuente de vida y divinidad y se supone lo representaban de forma circular y así aparece simbolizado en algunos lugares. Tanto estos aborígenes en su hábitat natural, como los diaguitas, calchaquíes, sanavirones, entre otros, fueron los creadores de las pictografías que hay en los denominados “Casas o Templos Solares” de nuestro territorio. Muchas de sus pictografías han sido sacadas de sus lugares originarios y se encuentran en Inglaterra y otros países europeos.
Como una forma de auto-representación fabricaron estatuillas en cerámica. Aunque estas tienen un aspecto muy estilizado, solo se distingue su "sexo" porque están destacadas “las partes que representan a los genitales”.
• Idioma
Según José Álvarez, el idioma de los Comechingones no se ha conservado; solamente quedan unas pocas palabras seguras. Henia y camiare se citan como sus dialectos del norte y del sur, respectivamente. Algunas palabras que se reconocen de origen comechingón son:
Henen, henin, hen, pitin: pueblo (en henia)
Naguan, acan nave: autoridad (en henia)
Nave, navira: autoridad (en camiare)
Lemin: pescado (en henia)
Luimin: pescado (en camiare)
San: río / agua (en henia)
Chi: pezón.
Y aquí nos detenemos porque Chi debe ser una de las poquísimas palabras que del idioma comechingón que —a su modo— han perdurado hasta la actualidad. Seguramente en más de una oportunidad habrá escuchado como los cordobeses llaman a sus lindas chicas. Ellas son “las chichises”, que algún descolgado tratará ahora de traducir como “pezón-pezón”, lo cual es por lo menos discutible.
Muchos estudiosos aseguran la existencia de una relación directa entre la lengua comechingona y la sanavirona. Otros agrupan a ambas junto al diaguita. Los mismos conquistadores mencionaron que había muchas y diferentes lenguas en aquellas provincias. Al llegar los españoles a las serranías de Córdoba, los indígenas ya conocían además de su lengua propia, la del Perú, el quichua. Se creyó mucho tiempo que Jerónimo Luis de Cabrera venía solamente con un ejército español pero no fue así. Según Marcos Morínigo “los acompañaban varios miles de sirvientes en su mayoría indígenas peruanos (quechua parlantes) que los documentos históricos y notariales de época designan anaconas y yanaconas”. Como resultado de esta congregación Morínigo sostiene que “…ocurrió un proceso de relación interlenguas entre comechingones y sanavirones, evidenciada por la sustitución y duplicación de nombres de lugares y personas ampliamente documentada en los pleitos que, por posesión y deslinde de tierras, trababan los encomenderos entre sí. Luego se produjo una sustitución forzada de las lenguas aborígenes (comechingonas y sanavironas), por la quechua mezclada con español que hablaban los mencionados yanaconas. Hay pruebas que aportan documentos de archivo: ellos designaron cientos de lugares con voces quechuas o quechuas mezcladas con españolas, como Pascanas, Rumi Huasi, Achiras, Ancas Mayo, Mosuc Mayu, Icho Cruz, Alpa Corral, Barranca Yaco”.
Pese a la orden dictada por la corona española en 1780 de mantener solo la lengua española, las lenguas amerindias siguieron presentes y —en mayor proporción— el modo fonético de la lengua comechingona, lo que explicaría la situación que llevó a la forma de hablar actual en Córdoba. Y agregamos nosotros: hay indicios de un particular sentido del humor de los comechingones, a lo que se adicionó el especial humor de los andaluces, responsables de la conquista en esa región. “…i lo que hai, culiau”

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