lunes, 30 de junio de 2014

Comechingones | origen de su denominación


La historia nos contó que los indios comechingones eran un conjunto, pero en realidad se trató de dos grupos —al parecer bien diferenciados— que se denominaban
hênîa —ubicados al norte— y kâmîare —residentes de la región sur— que, a su vez, estaban subdivididos en aproximadamente una decena de parcialidades.
¿Pero entonces la palabra comechingón de dónde surge?
No hay una definición concreta e indiscutible. Son por lo menos cuatro las versiones que nos provee la historia, de los pocos que se han dedicado a estudiar a este grupo.
La versión 1 dice que —de acuerdo a su etimología— la palabra “comi” significa serranía o sierra; la palabra “chin” sería pueblo; y el sufijo “gon” es el plural de la palabra pueblo. En síntesis sería “pueblos de las serranías”.
La versión 2 difiere de la anterior solo en el sufijo. Esta alternativa indica que la traducción de “gon” sería abundancia, por lo que la síntesis en este caso sería “valle serrano de muchos pueblos”.
La versión 3 le otorga protagonismo a una tribu vecina y no muy amiga: los sanavirones, cuyo centro de acción estaba donde hoy es Santiago del Estero. Estos vecinos calificaban a sus colindantes como “kamichingan”, cuya traducción sería vizcachas. Esto se relacionaba con las formas de las viviendas, algunas cavadas en la tierra, al mismo estilo que los roedores de la familia de los chinchillidaes.
La versión 4 tiene origen en los invasores españoles, quienes les dieron el nombre cuando escucharon el grito de guerra: Kom-chingón!, que traducido significaría “muerte al invasor”, según las crónicas que Justo de Vivar escribió en 1558.

La versión 4 y medio, dice que es probable que los sanavirones hayan escuchado ese grito de guerra y —mofándose de sus vecinos— hayan transformado el Kom-chingón en Kamichingan. O sea: de “muerte al invasor” a “vizcacha”. 

viernes, 27 de junio de 2014

El señor Elefante (1)


No deben ser muchos los obstáculos que puedan detener a un elefante. Seguramente por eso, en India aseguran que la presencia de una figura de elefante en el hogar, garantiza la desaparición de todos los obstáculos del camino. 
Los elefantes —además de representar poder—, son símbolo de sabiduría, paz y felicidad. Pero además —en prácticamente todo el mundo— el elefante representa la buena fortuna y aquí viene algo interesante para tener en cuenta. Dicen que si la trompa está para arriba garantiza buena fortuna. Pero si la trompa está para abajo, la mala suerte viene a granel. 
Las figuras de elefantes atraen la buena suerte; larga vida (como la leche); sabiduría; ayudan a alejar las envidias; nos enseñan a ser resistentes ante la adversidad; a tener paciencia; y a destruir obstáculos. En definitiva: unos capos totales los elefantes. 

jueves, 12 de junio de 2014

El Señor Búho (capítulo I)



El búho debe ser uno de los animales que mejor prensa tiene. Es muy difícil encontrar a alguien que lo repruebe o condene. 
Es que el búho —tanto como su cercano pariente, la lechuza— arrastra una historia extensa y de enorme brillo. Ya los griegos tenían a los búhos como representantes de Atenea, la diosa de la sabiduría. El antiguo Egipto, la Europa Celta y la filosofía hindú tenían a los búhos como importantes tótem. 
En nuestras tierras americanas, los pueblos originarios mantuvieron al búho asociado con la sabiduría, la previsión y como guardianes del conocimiento sagrado. 
En la edad media, en Europa creían que los búhos en realidad eran sacerdotisas —o en el peor de los casos brujas— y magos encubiertos, que tomaban esa forma para acceder a otros planos o para escapar rápido ante situaciones de peligro. El acceso a otros planos bajo la forma de búho, era creencia también de los chamanes americanos. 
En definitiva, el búho o lechuza es un símbolo de misticismo, sabiduría y ante todo: misterio, proporcionando intuición, conocimiento, clarividencia para cualquiera que le presta atención y lo invoca. Las figuras representativas de este animal, atraen al hogar prosperidad y abundancia y no importa el tamaño ni el material del que esté hecho: se necesita cuidarlo con respeto. 
Se puede colocar como centro de mesa o en cualquier otro lugar de la sala de estar, incluso puedes llevar contigo una versión pequeña (como un collar por ejemplo) para que siempre estén contigo energías positivas y buenas vibras.

Por dónde empezar



Latinoamérica es una exuberante y opulenta factoría de mitos y leyendas, tejidas por la propia y maravillosa historia de sus pueblos originarios. 

Las esquelas que acompañan nuestros productos, pretenden ser un aporte al objetivo mayor de recuperar la memoria de esos pueblos, narrando pequeñas grandes historias.

La evocación de esa cultura, se fortalece con la elaboración de artesanías rústicas que no tienen como objetivo replicar con precisión las expresiones de las culturas aborígenes, sino que son una pleitesía donde prevalece una de las mayores virtudes que tuvo la etnia comechingón: el sentido del humor. Y empezaremos por ellos —los comechingones—, pues allí están los lejanos orígenes de uno de los integrantes de El Artesano Insano.

No se trata solamente de una herencia cultural, sino de un respetuoso homenaje.