
Lo que ahora hemos descubierto —y compartimos con ustedes—
es que el pato aparece en las leyendas de los indios norteamericanos, donde el
simpático palmípedo actúa como mediador entre el cielo y el agua y —como si
fuera poco— le ha cabido la responsabilidad de ser una de las criaturas que
ayudaron a renovar la tierra después del Diluvio.
Pero hay más: en la tradición
hebrea, el pato simboliza la inmortalidad (algo así como un súper pato); mientras que en China y Japón representa la
satisfacción, la felicidad en el matrimonio y la fidelidad; para los celtas en cambio, simbolizaba ingenio y honestidad. No es poca cosa Su Señoría
El Pato.