Resultó ser que las pobres y queridas lechuzas, tienen sobre
sus espaldas algunas historias donde las pintan como bichos malísimos. El
ejemplo más contundente es el mito de “Cachirú” o “Cachurú”, descripto por
Adolfo Colombres en su trabajo “Seres sobrenaturales de la Cultura Popular
Argentina”, según cuenta la web Folklore del Norte
y lo ratifica ese “mito-center” que es el impresionante trabajo de la web Cuco.
El famoso Cachirú es representado por una gran lechuza,
color gris oscuro, garras grossas, ojos luminosos, vuelo nocturno y silencioso,
aunque debe vez en cuando se lanza algún graznido. Parece que el accionar de
este Cachirú no resulta ser de lo más atractivo. Según la información que
publican estos especialistas “…ataca a
las personas, elevándolas con sus poderosas garras y destrozándolo, le come el
alma para convertirlo en un fantasma. Muy rara vez se lo oye o ve en campo
abierto, su zona preferida son los tupidos montes, en donde es casi imposible
el acceso. Se tienen referencias de sus apariciones en Mailín, Santiago del
Estero”; mientras que otra información complementa asegurando que “se trata de una divinidad maligna, muy
temida (…) tenía poder sobre los cuerpos y las almas de los
hombres, castigándolos a veces en vida, al arrebatarles los ojos con el pico
agudo. Visitaba los ranchos al atardecer, dando chillidos, y se asentaba en los
aleros, quedando con ello amenazada la familia y notificada de próxima
desgracia. Se le ofrecía tres cántaros de aloja que se ubicaban en el patio; si
él las bebía, aceptaba la ofrenda y se convertía en amigo y protector”. Por las dudas aclaramos que las lechuzas
de El Artesano Insano son recontrabuenas y simpáticas. Así que nada de
asustarse.
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