Los
comechingones no tendrían barman pero eso no era obstáculo para tomarse algunos
tragos. Entre sus costumbres de subsistencia, estaba la recolección de frutos
silvestres tales como chañar, molle y tala, con los que fabricaban dulces y
bebidas refrescantes y alcohólicas. Sin embargo, el fruto más importante era el
algarrobo con el que se abrían dos líneas de “producción”. Por un lado, una vez
molido, servía para hacer patay, un pan de sabor algo dulce. Por el otro, con el
fruto del algarrobo negro fermentado, fabricaban la aloja, que precisamente
quiere decir bebida alcohólica. El fruto del algarrobo blanco no se salvaba.
Una vez fermentado, servía para hacer la añapa, una bebida refrescante sin
alcohol con la cual nadie se ponía en curda.
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