El halo de misterio que
ha rodeado al pueblo comechingón y a todo su entorno geográfico llega
hasta nuestros días. El Cerro Champaquí guarda también sus leyendas.
La montaña es la de mayor altura del Valle de Calamuchita y del
sistema orográfico cordobés, con 2890 metros. Forma parte de la cadena
montañosa conocida como Sierras de Comechingones, divisoria del sistema
hidrográfico de la región.
Cuentan los que allí
estuvieron que en el punto más alto del Champaquí, en una zona que ofrece
una pequeña llanura, existe una hoya no muy grande pero lo suficientemente
profunda como para que fuera adquiriendo con el tiempo forma de laguna. Todo
esto se originó por el proceso natural de la erosión a través de siglos ya que
numerosos arroyos volcaron sus aguas contribuyendo a su transformación. Allí es
donde se ha tejido la leyenda del hada del Champaquí.
Durante el atardecer,
sucede lo que los lugareños consideran un genuino milagro: se levanta un
sugestivo vapor de agua que llega a conformar algo parecido a una túnica sutil,
de tonalidad blanquecina. Mientras esta aparición etérea se va desvaneciendo,
al trepar hacia el cielo toma diversas formas, entre ellas, la más hermosa y
sensual: la del hada de la laguna.
Los habitantes más
antiguos del Valle de Calamuchita cuentan haberla visto muchas veces,
triste y melancólica, peinando su maravillosa cabellera, que ellos suponen
negra y brillante; aunque solo la perciben blanquecina como a todo su cuerpo
cubierto por una tenue túnica también blanca. Esta fantástica aparición camina
con paso suave sobre las aguas hasta llegar a la orilla y allí se sienta sobre
un banco de piedras que, como aseguran los lugareños, una mano providencial ha
colocado para su descanso.
Cuenta la leyenda que un gaucho viajero que por allí pasaba, quedó extasiado al descubrir a la bella y tenue muchacha, creyendo haber encontrado por fin el amor verdadero. Pero la mujer que brotaba de las aguas no parecía corresponderle porque cuando él quería confesarle su amor, desaparecía… y así fue como sin poder resistir ese juego de apariencias quedó atrapado allí para siempre, en la laguna de la Novia o del hada del Champaquí.
Cuenta la leyenda que un gaucho viajero que por allí pasaba, quedó extasiado al descubrir a la bella y tenue muchacha, creyendo haber encontrado por fin el amor verdadero. Pero la mujer que brotaba de las aguas no parecía corresponderle porque cuando él quería confesarle su amor, desaparecía… y así fue como sin poder resistir ese juego de apariencias quedó atrapado allí para siempre, en la laguna de la Novia o del hada del Champaquí.
Algunos viajeros han
narrado que cuando el viento deja de soplar y los pájaros de gorgojar, resulta
posible escuchar los susurros del gaucho enamorado en su intento inútil de
conquistar el corazón de la dama del lago.
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