El Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos tiene
publicado en Books
Open Edition, un material esclarecedor para quienes gustan de la cerámica,
pues proponen una nomenclatura de las formas de los recipientes cerámicos
basada, neutralizando enormes errores que se cometen a diario llamando cuencos
a platos y designando como fuentes a otras formas.
El referido centro de estudios, señala que “para dar un alcance general a esta
nomenclatura, de manera que pueda ser utilizada no sólo por los antropólogos
que estudian los aspectos tecnológicos de la cultura material sino también por
los arqueólogos, se han establecido criterios de orden morfológico
esencialmente. Sin embargo, esta regla no excluye totalmente la utilización de
términos funcionales cuando el contexto es suficientemente claro, como es el
caso en las encuestas antropológicas y en ciertos contextos arqueológicos. En
general, hemos excluido de esta versión española los nombres regionales, puesto
que en los diversos países de Latinoamérica y en diversas regiones de España a
menudo se utilizan términos diferentes para un mismo tipo de recipiente. Proponemos
aquí una clasificación en grandes categorías definidas según relaciones simples
de profundidad y de diámetros (máximo y de boca) y secundariamente de
dimensiones. Para cada categoría damos también los nombres y las definiciones
de algunas variantes. Las divisiones propuestas no son arbitrarias y provienen
de observaciones efectuadas sobre conjuntos correspondientes a diferentes áreas
culturales. Estas son suficientemente amplias para hacer resaltar la
originalidad de cada colección y permitir las divisiones que parezcan más
pertinentes para el conjunto cultural estudiado. En lo que respecta a las
dimensiones indicadas en las distintas categorías, es importante precisar que
no son imperativas y que cada investigador puede establecer los límites que le
parezcan más adecuados para su propio material”.
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