Uno de los principios de las culturas andinas precolombinas
fue el de dualidad y oposición, como generador y organizador del cosmos,
formadas por dos fuerzas contrapuestas pero complementarias.
La característica de la dualidad y oposición es la simetría
en sus diversas variantes, es decir aquellas en que la imagen se forma por el
enfrentamiento de mitades prácticamente iguales a ambos lados de un eje
central.
Estas imágenes duales y opuestas generalmente representan dos
aspectos diferentes de lo mismo, como masculino – femenino, joven – viejo, día
– noche.
La dualidad a través de la bipartición en pares de opuestos,
simétricos y complementarios es el sustento de la concepción andina sobre el
origen del cosmos y de sus deidades, basada en la idea que todo se forma a
partir del desdoblamiento y particiones sucesivas.
Nada existe como un ser único ni está aislado en el
universo, todo lo que existe tiene su par, su opuesto complementario.
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