La cultura Santa María se desarrolló entre los años 900/1000
a 1480 de nuestra era. Esta cultura surgió en el valle del mismo nombre en
Catamarca; se extendió por el Cajón, Calchaquí y valles transversales, llegando
su influencia al área de Andagalá, Hualfín e incluso hasta el Valle de
Catamarca en el sur de la provincia.
En el sitio denominado Alero Ambrosetti —localizado en Cerro
Cuevas Pintadas, departamento de Guachipas, provincia de Salta—, se encuentran
pinturas rupestres de hombres – escudos (escutiformes), con rostro
de rasgo definido e importantes penachos. Los adornos cefálicos adquieren gran
importancia en la representación de las figuras humanas durante este período.
En las pinturas del alero de Ambrosetti han sido identificados veintitrés tipos
de esta clase de aditamiento hechos con plumas, con una infinita diversidad en
cuanto a la forma, dimensiones, colorido y combinaciones de elementos. Esta
variedad respondía probablemente, a la posición social que el individuo ocupaba
en su entorno social. Existen documentos, correspondientes a centurias
posteriores a la llegada de los españoles al noroeste argentino, que indican
que muchos grupos étnicos aún conservaban la necesidad de distinguirse por sus
vestidos, tocados y deformaciones craneanas.
Los denominados hombres - escudo, escudos o escutiformes que
se representan en este lugar, impactan por su policromía, belleza variedad de
diseño; estos son figuras humanas que portan, a manera de vestimenta, un gran
escudo con rica variedad de diseño en el interior, a manera de ornamentación,
en una sinfonía de tonalidades contrastantes.
Este texto fue publicado por http://marcasdelpasado.blogspot.com.ar/
y señala que la bibliografía consultada fue El Arte Rupestre de Argentina
Indígena (Noroeste) de María Mercedes Podestá, Diana S. Rolandi y Mario Sánchez
Proaño, coordinado por Rodolfo A. Raffino.