La
información sobre los indios Comechingones no es muy cuantiosa. Sin embargo,
algunos datos aislados ayudan a comprender muchas cosas. Por ejemplo, hay antropólogos
que tienden a considerar a los hênia-kamiare (verdadero nombre de los
comechingones) como un conjunto muy diferenciado del grupo huárpido y dos de
los rasgos que más han llamado la atención, son su aspecto caucasoide —los
varones eran barbudos ya en la pubertad—; sus tallas relativamente elevadas
para su época —aproximadamente 1,71 m en los varones—; y la existencia de una
frecuencia de quizás el 10% de individuos de ojos verdosos.
Quizás los
hênia-kamiare remonten sus orígenes a poblaciones de la cultura Ayampitín
milenaria —al menos existente desde el 6000 a.C.—, cultura arqueológica que ha
dejado rastros hasta en Tarija, aunque no hay certezas. Por el contrario, la llamada
Cultura Ongamira —que comprendía Ongamira, Quebrada de Luna (los Terrones); cerro
Minas, y cerro Colchiquín surgida hacia el 4600 a.C.— es precedente directo de
la cultura comechingón, aunque recién se puede hablar de una cultura
comechingón propiamente dicha en el período que va del 500 al 1600 d.C, la que
se diluyó con la criolla-española tras el siglo XVI, ya que uno de los últimos
asentamientos con una cultura "comechingona" típica se ubicó en la
localidad de Nono hasta el año 1750.